María Emilia Undurraga: “El sistema alimentario es particularmente sensible a la incertidumbre”

La pandemia, el conficto bélico Rusia-Ucrania y el cambio climático son los culpables de la gran crisis alimentaria global que se está viviendo hoy, dice María Emilia Undurraga, exministra de Agricultura. “Este último año los precios de los alimentos han aumentado 13% a nivel mundial y de 20% a 22% en Chile”, detalla la también exdirectora nacional de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa).

Esta inflación se ve reflejada en el índice de precios de la FAO y, particularmente, en el Índice de Precios al Consumidor (IPC). “Uno quiere saber cómo impacta en general y en proporción a lo que uno compra, por eso utilizamos específicamente el IPC, porque queremos saber el alza del precio de los alimentos que nos importan”, comenta.

La exministra de Estado agrega que luego del acuerdo alimentario entre Rusia y Ucrania se produjo una disminución importante en los precios, pero aún así, están altos y espera que se mantengan así hasta fines de 2024. “Hay que estar pendientes, ya que el sistema alimentario es particularmente sensible a la incertidumbre y esto se ha visto reflejado en el último tiempo”.

• Le gusta seguir a Rattan Lal, ganador del Premio Nobel de la Paz y Premio Mundial de la Alimentación 2020. Él es el primer investigador distinguido en Japón por su aporte en la producción, ecología y biología.
• También recomienda la película The Biggest Little Farm, del documentalista John Chester, un filme que reflexiona en torno a la forma de producir alimentos.

• Undurraga intenta revisar informes bastantes transversales, ya que cree que focalizarse solo en la producción de alimentos es incompleto para la problemática de hoy. Es por eso que le importa mucho lo que publica la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos​ (OCDE) e informes sobre el cambio climático.
• Lee el informe de seguridad alimentaria que lanza la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) una vez al año. En él revisa el indicador que mide la cantidad de personas en situación de hambre en el mundo.
• Por último, lee periódicamente informes del Banco Mundial y la FAO.